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152 FRAY DIEGO DE ESTELLA VANIDAD Como el Santo y penitente Job llamaba a los gusanos sus amigos predilectos, sus legítimos hermanos al sentir entre sus carnes floración de vanidad,... así el noble caballero San Cristóbal, desprendido de los lazos que le tiende su linaje esclarecido sus hermanos ha llamado a la pobreza y humildad. — ¡Oh vosotros, los arzones y caireles arreados, las espuelas y briales, los faldones recamados, las panoplias y vargueños de mi heráldico solar,... las espadas relucientes y los árabes bridones,... los flotantes capellares de mis viejos infanzones y la sangre rancia y noble de los Jassos y Novar! ¡Oh vosotras, las estampas vigorosamente hermosas de mis héroes solariegos, florecidos como rosas al brillar de las espadas bajo el cielo del honor!... ¡Oh la historia de sus fastos,... sus heráldicas viñetas que reviven y se aprestan al clangor de las trompetas y deshojan madrigales en las justas del amor,... apartaos de mi vista, que no quiero contemplaros,... porque dejáis en el alma los más fríos desamparos... y unas hambres insaciables de infinita realidad!... nunca,... nunca llenaréis mi nobleza y bizarría... los paisajes azulados de mi virgen fantasía, porque sólo sombra sois..., sólo polvo y vanidad...! ¡Oh vosotras, florecillas, la humildad y la pobreza que encerráis tan gran tesoro en la rústica corteza que a los ojos de los hombres les parece torpe y vil... acercaos sin jaeces ni engañosos abalorios que mi alma se os entrega en gozosos desposorios y desea revestirse vuestra clámide gentil. ¡Oh, vosotras que tenéis la mirada tan serena... trascendiendo vuestro cuerpo rubio aroma de azucena y traéis en vuestras manos un manojo de ilusión..., llenaréis bien hartamente mis ascéticos anhelos de subir, cual la paloma, en vuelo azul hasta los cielos... y saciar la sed ardiente que desangra el corazón!

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