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= 674 = concedió á su ilustre familia una Rosa, y dispuso por un decreto especial que todos los años en la Pascua florida se bendijese para ella una rosa, si bien después fué destinada á otros magnates y reyes. Conviene notar, que en el reinado de Carlo Magno, siglo VII, y de otros grandes reyes que tanto defendieron los derechos de la Iglesia, y que rodearon el poder de la Santa Sede con el prestigio de su autoridad y con el valeroso amparo de sus ar- mas, no se hace mención alguna de la Rosa bendi- ta como premio á la piedad de los reyes y al he- roismo de los guerreros. Sea de esto lo que quiera, es lo cierto que la importancia y distinción del ac- to de remitirla á los principes y poderosos de la tie- rra no se conoció, según Jos documentos que ha- blan del asunto, hasta el siglo XI. Es también in- dudable que ya á fines de dicho siglo la bendición de la Rosa de oro se verificaba con toda solemnidad, y que desde esta época se dona por el Papa á los príncipes dignos de su estimación. Primeras noticias históricas de esta dádiva;: su importancia y significación Si las ceremonias de la bendición de la Rosa de oro y su presentación al pueblo ha perdido en pom- pa y solemnidad, por efecto sin duda de las vicisi- tudes que ha sufrido el Pontificado, podemos afir- mar que el acto de su donación no sólo ha conser- vado su importancia, sino que ha ganado en signi- ficación y trascendencia. Así decía Julio Il al diri- girla al rey de Portugal, que «en este grande y magnífico misterio no ha de estimarse la cuantía del obsequio,sino la cualidad de sualtisima significión».

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