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= 666= la Iglesia eligió la rosa, emblema del amor y de la hermosura, porque las grandes ideas y eleva- dos pensamientos que despierta se hallan en armo- nía con los sublimes sentimientos que la Iglesia quiere inspirar á todos sus hijos en una de las épo- cas más religiosas del año. La rosa en sí simboliza lo efímero de esta vida y la infalible esperanza de la felicidad eterna. Rioja, en su célebre silva á la rosa, exclama: ¿Cómo naciste llena de alegría, Si sabes que la edad que te dió el cielo Es apenas un leve y veloz vuelo? Tan cerca, tan unida Está al morir tu vida, Que dudo si en tus lágrimas la Aurora Mustia tu nacimiento ó muerte llora. El poeta Cienfuegos, en su composición La rosa del desierto, tiene también pensamientos tan pro- fundos como éste: ¡Ah! rosa es la virtud, y bien cual rosa Donde quiera es hermosa, Espinas la rodean donde quiera, Y vive un solo instante Como tú vivirás. La Iglesia, al bendecir en Cuaresma esta sim- bólica flor, nos dice, que así como la rosa anuncia la primavera de las flores y dela vida mortal, y así como la Cuaresma, tiempo de expiación y pe- nitencia, precede á la Pascua de Resurrección, así la resurrección espiritual del alma, la primavera constante de la vida eterna, vendrá después de esta triste y fugaz vida, en la que apenas nacemos,

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