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= 59%) = revestidos de Capa pluvial y Mitra, se dirigieron procesionalmente á la sala de sesiones. Encabe- zaban la procesión los alumnos del Colegio. Se- guía á éstos la Capilla Sixtina, la cual prestó gen- tilmente su concurso para acto tan solemne, eje- cutando un Ave Maris Stella sobremanera hermoso. Luego seguían los Prelados por orden cronológico de consagración. Llegada la procesión á la Ca- pilla y colocados los Prelados convenientemente, se dió principio á una misa pontifical, oficiada por el Ilmo. y Rmo. Sr. ,Dr. D. Joaquín Tomás de Silva, Arzobispo de Bahía de Río Janeiro y prima- do del Brasil, estando el coro á cargo de la Ca- pilla Sixtina, dirigida por el célebre presbítero Lorenzo Perosi, que se puso á su frente por vez pri- mera, en calidad de director. Terminada la misa, y pronunciado el extra omnes de rúbrica, quedaron en la sala únicamente los Padres del Concilio, los consultores, y algunos ceremonieros pontificios. El Ilmo. y Rmo. Sr. Dr. D. Mariano Soler, Ar- zolbispo de Montevideo, pronunció un elocuente discurso de apertura, como introducción á la obra magna que iban á emprender. Algunos instantes después se dió por terminada la sesión. Las sesiones privadas siguieron sucediéndose regularmente, durando cada una de ellas cuatro horas. Estas sesiones eran interrumpidas perió- dicamente por sesiones solemnes presididas por un Cardenal, y en las cuales, después de una misa re- zada, procedíase á la lectura de los artículos aprobados desde la última sesión solemne. La misa era oficiada por el Arzobispo que ocupaba la pre-

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