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= 591 = por su sagrada creación, tornándola insensible á los trabajos de zapa, que desde hace diez y nueve siglos vienen minándola sin tregua y sin provecho. A estas obras pertenece sin duda alguna el Conci- lio Plenario de la América Latina, suprema mani- festación de adhesión inquebrantable á la Santa Sede de todos los prelados latino-americanos y encarnación sublime del cariño que sus greyes profesan á la Cátedra pontificia, si hemos de juz- gar por el júbilo que todos manifestaron á la ca- riñosa invitación del inmortal Pontífice León XIII. La iniciativa de esta grandiosa obra se debe al Excmo. Sr. Dr. D, Mariano Casanova, Arzobispo de Santiago de Chile; y de esta obra decía León XIII que sería de las más gloriosas llevadas á cabo desde su exaltación al Solio Pontificio. Cuando se dió publicidad á la circular de Su Santidad, aceptando la idea é invitando á los Pre- lados para asistir al Concilio, éstos no perdonaron medio á su alcance para acudir á la Ciudad eterna elegida unánimemente por los mismos para cele- brar en ella la obra magna y primera en su gé- nero del Concilio latino-americano. El lugar designado para tamaña empresa fué el aula máxima ó Capilla del Colegio Pio Latino- Americano, por ser, ádemás de otras razones, como un pedazo de suelo americano, y ofrecer además la conveniencia de proporcionar una ven- tajosa y cómoda instalación á 29 Prelados con sus correspondientes secretarios. Todo estaba ya admi- rablemente dispuesto para tan augusta asamblea. El día 28 de mayo del año 1899, fiesta de la Santísima Trinidad, fué el fijado para la apertura. A las nueve y media de la mañana, los Prelados,

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