BCCPAM000R14-3-06000000000000

= 41 = propios ojos cómo aquélla sangre es al principio dura, consistente, inmóvil, aun cuando la agiten ó den vuelta. Luego ponen las botellas sobre el altar, com- pletamente aisladas, y el pueblo todo comienza á orar, pidiendo con gran fe la licuefacción de la sangre milagrosa. Después de un tiempo más ó menos largo aque- lla sangre comienza á disolverse, subiendo dentro de las botellas y como hirviendo á borbollones, hasta que se pone completamente líquida dentro de los dos frascos. No puede haber engaño: millares y millares de ojos están fijos en aquellas preciosas reliquias, mi- llares y millares de ojos contemplan la dureza é inmovilidad de esa sangre bendita, y después de algún tiempo, observan también maravillados la sangre completamente líquida, sin ningún apara- to ni contacto físico. ¿stá escrito que quien no cree ya está juzgado; esto es lo que ocurre decir ante el portentoso mi- lagro del ínclito mártir. Este milagro es tan evi- dente que es necesario ser verdaderamente necio para negarlo. En vano se devanan la cabeza los incrédulos para negar el hecho: la evidencia es evidencia y no se puede afirmar que es noche ante la luz meridiana. No pueden recurrir á ninguna solución franca fuera del milagro. Fuerza es reconocer la omnipotencia de Dios en la glorificación de sus santos y en la exaltación de su Iglesia. Las falsas iglesias y la incredulidad niegan el milagro porque en su seno éstos no pue- den verificarse jamás.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz