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= 531= diendo licencia para venerar al Siervo de Dios en calidad de Beato, y otorgando á la Diócesis ó cor- poración religiosa la facultad de consagrar en ob- sequio del beatificado un triduo de acción de gracias. Cuando terminada la Beatificación se obraren otros milagros por intercesión del nuevo Beato, el Postulador solicita Letras para iniciar el proceso apostólico en nombre de la Santa Sede. Emanan de nuevo Letras remisoriales á los delegados apostó- licos del lugar donde se obró el prodigio, y el pro- ceso formado se remite á Roma y allí se examina con el acostumbrado rigor. Obtenidos así dos mila- gros, sométense al juicio de las tres congregacio- nes antedichas, y si logran su aprobación, el Papa reune todos los Cardenales de Ritos, y añadiendo para mayor solemnidad los Obispos y prelados que entonces se hallen en Roma, en esta augustísima asamblea pregunta si «tuto» puede procederse á la anonización del Beato. Oído el aplauso de la Congregación, el Vicario de Jesucristo en Bula diri- gida Urbi et Orbi 4 Roma y á todo el mundo, pro- clama la santidad del Beato, impone á la tierra la veneración del nuevo Santo, y determina las fiestas de la Canonización. Los milagros han de versar sobre muertos re- sucitados, enfermedades curadas sin remedios in- vocando al siervo de Dios y recobrada la salud instantánea ó casi instantáneamente, como en cie- gos de nacimiento, sordomudos, enfermos desa- huciados, etc., ete, con testigos fidedignos de las enfermedades, y después con testigos irreprocha- bles de la curación milagrosa. Además, para que los tales testigos no induz- O e e — e il a rad

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