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= 510 = de los tiempos nacieron de la dispensa de las sa: gradas indulgencias, proveyó el Concilio Tridenti: no promulgando sabias leyes á este fin; mas con el franscurso de los años estas indulgencias comen- zaroná caer en el olvido. Para poner remedio:4 tan gran mal, instituyó Clemente VIII una Congre- gación propia, llamada «De las Indulgencias». ¿sta Congregación, sin embargo, no teniendo carácter de perpetuidad, y habiendo muerto poco á poco las personas que la constituían, fué de bre- ve duración. Después de muchos años la restable- ció Clemente IX disponiendo con letras apostóli- cas del 6 de julio de 1669, que la Congregación existiese perpetuamente, dándole amplísima fa- cultad en materia de Indulgencias y Sagradas Re: liquias: Está compuesta de un Cardenal Prefecto, de muchos Cardenales consultores y de un Secreta- rio. Su autoridad se extiende no sólo á todo lo re- ferente á las Sagradas Reliquias, y ásu autenti- cidad, sino también á resolver. las dudas y cues- tiones en materia de Indulgencias, y de un modo particular, á vigilar sobre la autenticidad de las mismas, y prescribe las condiciones necesarias para ganarlas. EXAMEN DE LOS OBISPOS Algunos escritores en materias eclesiásticas afirman que hasta los tiempos de S. Agustín, los Obispos, antes de recibir la consagración episco- pal, debían ser examinados. (Qui episcopus ordi- nandus est antea examinatur, pero esta prescrip- ción no fué tan exactamente observada, supuesto que entre las disposiciones del Sacro Concilio Tri:

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