BCCPAM000R14-3-06000000000000

= 482= ras, astucias y calumnias, hizo que el pueblo de Roma se apartase del Papa y se arrojase á sus pies, agitando la opinión, sublevando las masas, pidiendo tumultuariamente reformas y libertades y atentando contra el respeto y obediencia que se debía al Papa y al Rey, contra su autoridad tem- poral y espiritual, contra su libertad, contra su propia persona, y aun contra la vida de su primer ministro, Rossi, que fué villanamente asesinado. Pío IX tuvo que huir de Roma y refugiarse en Gaeta, al mismo tiempo que se constituía un triun- virato compuesto de Mazzini, jefe de las socieda- des secretas, Amellini y Saffi, declarando al Papa de derecho y de hecho privado del poder tempo- ral de los estados donados á la Iglesia. Las poten- cias católicas le hicieron huir de Roma, restitu- yendo en su trono al inmortal Pío IX. Jamás el insigne revolucionario abandonó la idea de la unidad italiana, que á costa de tantos atentados realizaron después Garibaldi, Cialdini, Cavour y Víctor Manuel, que fueron el brazo eje- cutor de la idea fraguada en la cabeza del agita- dor Mazzini. Cuando esta empresa usurpadora y sacrilega comenzaba á realizarse en 1860, Mazzi- ni, que era su iniciador, desterrado y condenadoá muerte, aplaudía desde Londres á los usurpadores de Nápoles y de los Ducados italianos, como aplau- dió después en 1870 á los usurpadores de Roma y á los carceleros del Papa. Al poco tiempo, á principios del año 1872, José Mazzini, el agitador de 1830, el fundador de la Joven Italia, el triunviro de 1849, el enemigo mor- tal de la Iglesia y del inmortal Pío IX, presintien- do cercana la hora de su muerte, marchó á Pisa,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz