BCCPAM000R14-3-06000000000000

o TT a a = 456= carecía hasta del pan necesario para mantener- se. (1). ENRIQUE VITI, REY DE INGLATERRA. Hombre de buen principio y mal fin. Apenas subido al trono comenzó Lutero á esparcir sus errores, y el monarca escribió contra él una obra tan notable, que el Papa León X la leyó á los Car- denales y dió 4 Enrique en una Bula el título de «Defensor de la fe». ¡Qué lejos estaba de ser protestante con la ra- zón sin pasión, al lado de la santa reina española, Catalina! Pero se atravesó la lujuria, se enamoró de Ana Bolena, la quiso para sí, ella exigió ser reina siendo despedida la otra, el Papa prefirió un cisma más antes que una verdad menos, y... en- tonces fué bueno el protestantismo. Siempre la misma historia. Una vez excomulgado, se declaró á sí mismo Papa de la Iglesia de Inglaterra. Desde esa fecha no tienen número los asesina- tos, las crueldades, hurtos y rapiñas contra la Iglesia y los católicos fieles á Roma. Enrique, monstruo de lujuria, que mereció en- gendrar á otro monstruo, al Nerón de las mujeres, Isabel de Inglaterra, murió el año 1547. Un mo- mento antes de expirar volvió los ojos á los que rodeaban su lecho de muerte, y dijo: « Amigos míos, todo lo hemos perdido: el Estado, la celebridad, la conciencia y el cielo.» Su familia, maldita en su jefe, se extinguió en la primera generación. (2) MIGUEL SERVETO, HEREJE. España fué sin duda alguna la única nación de Europa que, cerrando sus puertas á la herejía pro- (1) Morery-Ricard. Fin tragique. (2) Ricard: Fin tragique.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz