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= 417= tino buscó con los restos de su ejército la salvación en aquel mismo puente que se hundió, sepultando en el río á Majencio y los suyos. La cabeza de Majencio, colocada en la punta de una lanza, fué paseada triunfalmente por Roma, llevada por los soldados. MAXIMINO DAZA, CÉSAR DEL I. R, (Murió año 313 de N. $. J.) Prometió á Júpiter destruir completamente el cristianismo si le hacía señor del mundo. Declaró guerra á Constantino y á Licinio. Fué derrotado y en su afrenta tomó veneno. Su esposa, que había tenido gran parte en la crueldad contra los eris- tianos, echando al río Oronte, de Antioquía, á gran número de mujeres cristianas, también recibió su castigo. Por orden de Licinio fué sepultada en aquel mismo río. Su hijo, de ocho años, su hija, de siete, y su futuro yerno, fueron condenados tam- bién á muerte. DIOCLECIANO, EMPERADOR DE ROMA. (Murió año 316 de N. S. Jesucristo.) Este feroz perseguidor, embriagado con tanta sangre cristiana derramada, llevó su orgullo más allá que su crueldad, y ésta fué cuanto pudo ser. Hizo acuñar medallas en que se leía la siguiente inscripción. Diocleciano, emperador victorioso de la impiedad cristiana. Los castigos que Dios envió al imperio, fueron muchos y variados, según eran muchos y crueles los tormentos que este tirano famoso hacía sufrir á los siervos de Jesucristo. Al dirigirse 4 Roma para presenciar la ejecución de S. Ginés, á quien había condenado al suplicio de las uñas de hierro y al de las teas encendidas, fué acometido repentina- 32
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