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= 413= El gentilismo agonizante quería hacer su último esfuerzo contra el cristianismo victorioso, que re- bosando de las catacumbas, invadía ya Roma, el imperio todo y hasta el Palacio de los Césares. Prisca y Valeria reconocieron la verdad del cris- tianismo y lo abrazaron. Fué ésta la «Era de los Mártires», la más te- rrible de todas las persecuciones. No hubo pobla- ción en todo el imperio, sobre todo en España, que no quedase regada con sangre de Mártires. En la hora de confesar á Jesucristo y servir de ejemplo, Prisca y Valeria apostataron, recibiendo bien pronto el castigo. Madre é hija, desterradas aun en vida de Diocleciano que no se fiaba de ellas, hi- cieron durante quince meses una vida errante y miserable por todas partes sin descanso, sin otra fortuna que unos miserables harapos. En Tesalónica fueron conocidas y se las conde- nó á ser decapitadas. Sus cuerpos fueron arrojados al mar. VALERIO SEVERO, CÉSAR CON DIOCLECIANO. (Murió año 307 de Ntro. Sr. Jesucristo.) Elevado á tan alta dignidad por el sanguinario Diocleciano, fué su principal cómplice y factor en la persecución contra los cristianos, hasta que ven- cido por Majencio, que se había hecho aclamar em- perador de Roma, éste le concedió por gracia que se hiciese abrir las venas, según afirma Lactancio. MAXIMIANO HERCÚLEO, CÉSAR CON DIOCLECIA- NO. (Murió año 310 de N. $. J.) Maximiano y Diocleciano, emperadores á la vez, renunciaron en un mismo día después de ha- cer á la Iglesia todo el daño que pudieron. Quedó sólo de Emperador Constantino, casado con una OT EZ A A AITANA O er SR

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