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OPINO AA = 404= en tiempo del emperador Adriano; pretendió re- edificar á Jerusalén en el año 132. Murió enros- cándosele una serpiente al cuello. Su pretensión costó la vida á seiscientos mil judíos. ELIO ADRIANO, EMPERADOR DE ROMA. (Murió año 138 de Ntro. Sr. Jesucristo.) La persecución contra el cristianismo ocasiona- da por Trajano, se reverdeció bajo el sucesor, Elio * Adriano. Como casi todos los emperadores roma- nos, no contento con ser el señor del mundo, aspi- ró también á los honores divinos. De ahí que hi- ciese tantas víctimas en los cristianos que sólo querían adorar á Dios. Murió en Tívoli el 10 de julio del año 138 de Jesucristo, en el mismo pala- cio donde poco antes tanto había hecho sufrir á la santa Sinforosa y sus siete hijos mártires. En la última enfermedad, este monstruo sufrió increíbles dolores. Los padecimientos agriaron su carácter y se abandonó á tan mal humor que le hizo cometer toda suerte de crueldades. Mandó quitar la vida á muchas personas de la primera nobleza, y aun de su propia familia. Varias veces probó á quitarse él mismo la vida, pero estaba imposibilitado en cama; rogaba que le matasen quejándose con des- esperados gritos de que no podía él disponer de su propia vida habiendo dispuesto de tantas. Por fin se entregó á comer y beber sin medida hasta expi- rar como un «animal inmundo. PEREGRINO, HEREJE. (Murió año 167 de Nues- tro Señor Jesucristo.) Entre los impostores que durante el siglo II pretendieron pasar por apóstoles ó profetas de la verdadera doctrina, está en primer lugar Pere- grino,