BCCPAM000R14-3-06000000000000

= 388= «Un calor lento que no se manifestaba al exte- rior le abrasaba y devoraba interiormente. Al mis- mo tiempo sufría un hambre tan insaciable, que nada bastaba á satisfacerla. Sus intestinos estaban llenos de úlceras, y cólicos violentos le hacían su- frir dolores espantosos. Sus pies estaban hinchados y lívidos. Sus ingles no estaban menos, y... en un estado tal de putrefacción que manaban gusanos. Sus nervios estaban contraídos; respiraba con gran dificultad, y su aliento era tan fétido, que no era posible acercarse á él. Asi lo tuvo Dios vivo para darle cien dolores más amargos que la muer- te. Todos los que de lejos presenciaban los padeci- mientos de aquel desventurado principe conveníian en que era un castigo visible del cielo á su cruel- dad». (C. y $.) Jupas IsCARIOTE, APÓSTOL. (Murió el año 33 de Ntro. Sr. Jesucristo). Entre los perseguidores y enemigos de la Igle- sia el más abominable de todos es Judas Iscariote, que habiendo sido elegido por Jesucristo para Apóstol de su divina doctrina entre las gentes, vendió á su Divino Maestro á los principes de los sacerdotes judíos por treinta dineros, y lo entregó en el huerto Getsemaní con beso traidor. Desde aquel momento comienza la dolorosa pasión de Je- sucristo, en manos de Poncio Pilato. Judas, al ver que Jesús era condenado á muerte, fué álos sacer- dotes y les arrojó las monedas gritando que había pecado haciendo traición á un justo. ¿Qué nos importa ya á nosotros? le contestaron. Antes debieras haberlo pensado. Ahora haz lo que quieras. Judas, asi abandonado á su suerte, deses- perado con toda la responsabilidad y consecuen:

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz