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= Mé ¿Qué hace ahora el hijo del carpintero? pregun- taron los bárbaros, los herejes, los cismáticos y los invasores; y cada edad respondió: «Un féretro». Et nunc Reges intelligite. Fin funesto de los perseguidores y enemigos de la Iglesia SIGLO I1 1 HERODES EL GRANDE. (Murió año 2 de Nuestro Señor Jesucristo). Había llegado la hora anunciada por los Profe- tas para la realización de la obra más grandiosa del Eterno Padre, y el Verbo Divino, encarnado por obra del Espíritu Santo, nacía de una mujer virgen en un establo de Belén. La Ley antigua iba á recibir su complemento con la palabra del mismo Hijo Unigénito hecho Hombre, con la fundación de la Iglesia por el mis- mo Jesucristo, con la Pasión y muerte del Reden- tor, y con la predicación del Evangelio hecha por los Apóstoles en todas las naciones y á todas las gentes. La humanidad, castigada con el diluvio y con la confusión de lenguas, iba á presenciar el por- tentoso prodigio del Eterno Padre, que en su infi- nita misericordia enviaba á la tierra á su Hijo Uni- génito para que enseñara á los hombres los cami- nos de la verdad y la vida, lavara el mundo con su preciosisima sangre y le redimiera con su pa- sión y muerte. El mismo Dios, ofendido, se entregaba á sí mis-