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los Apóstoles á todos los discípulos, les dijeron: «No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir las mesas. Pensad, pues, hermanos, en siete hombres tenidos en buen concepto, llenos del Es- píritu Santo y dotados de sabiduria, de entre vos- otros, á quienes encarguemos este ministerio». De este modo nombraron á Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás. Nótese que eligen los Apóstoles; al pueblo sólo se le piden informes. Esta manera de elegir á los ministros fué la común en la primitiva Iglesia, Pedíase el voto al pueblo porque éste conocía plenamente la vida de cada uno, dice S. Cipriano. Después se tomaron las informaciones de otro mo- do, por las divisiones que cada elección producía entre cristianos, cuando éstos fueron numerosos y y no todos animados del espíritu primitivo. 3. Celebrado en Jerusalén, en el año 14 des- pués de la muerte de Ntro. Sr. Jesucristo, como dice S. Pablo escribiendo á los Gálatas, capítulo Unid” Fué para dirimir la controversia nacida en Antioquía respecto de la Circuncisión y otras ce” remonias legales que debían observar los gentiles convertidos. Después de gran disquisición, S. Pe- dro, que presidía los Concilios, tomó la palabra, y dió esta definición á la contienda: «Hermanos, los gentiles convertidos no están obligados á la dura ley de la circuncisión como tampoco nosotros, ni á las ceremonias de la ley de Moisés. Creemos que nuestra salvación y la suya estriba en la gracia de Ntro. Sr. Jesucristo, no en la cir- cuncisión yobservancias legales». Acte. Apost.C. XV. Además de estos tres Concilios, la historia ecle-

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