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A e cons seo — A A E lt A A nd: "094 = llozos dió esté grito: «Señor... que se séque mi len: gua antes de dar consentimiento si no he de resul- tar en bien de la Cristiandad.» Prohibió enseñar que se puede hacer la confe- sión ni recibir la absolución por cartas ó por me- dio de tercero, y que sea preciso oir misa en la propia parroquia ni confesarse siempre con el pro- pio párroco. También prohibió cantar otras leta- nías que las de los santos y la lauretana de la Virgen. Bajo su pontificado se celebró el famoso proce- so que condenó á Jordán Bruno; floreció el Car- denal Baronio, sostenido del Pontífice contra el Duque de Osuna, Virrey de Sicilia, irritado por la publicación del undécimo volumen de los Anales eclesiásticos. Clemente instituyó en Roma las Cua- renta horas, estableció penas contra el duelo, de- cretó mucho y muy bien sobre las Ordenes religio- sas, fundó colegios para los escoceses y para los ilíricos. Ordenó una edición de la Vulgata, del bre- viario, del misal, del ceremonial, del pontifical, y del Indice. Era piadosísimo, y se confesaba todas las no- ches con el ilustre filipense Cardenal César Baro- nio. Aprobó la benemérita institución de San Jo- sé de Calasanz, las Escuelas Pías. Al eminente Jesuita Roberto Belarmino amenazó muy seria- mente con la excomunión si no aceptaba la púr- pura. En el primer año de este pontificado tuvo lugar el siguiente portentoso suceso. El Ilustrísimo Sr. Dr. Fr. Francisco Victoria, Dominico, Obispo de Tucuman, primer Obispo de Salta, había ido á Madrid para exponer á la majestad del prudentísi- mo Rey Felipe II, algunos graves abusos de un go»

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