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yeinticinco mil cristianos rescatados, fueron los fe- lices resultados de la célebre batalla de Lepanto, la más gloriosa de los cristianos y la más desgra- ciada y sangrienta de los turcos. En el momento fué revelada milagrosamente al Papa esta insigne victoria, y él, volviéndose á los Cardenales que entonces le acompañaban, les anunció el triunfo que acababa Dios de conceder á las armas cristianas por el rosario. Entonces añadió á la letanía la invocación Auxilium Cristianorum é instituyó la fiesta del Ro- sario en 7 de octubre. Su sucesor la trasladó al primer domingo. A este relato podíamos añadir, refiriéndonos á naciones un día muy favorecidas de Dios por su acrisolada fe y virtud, aquel principio de la filoso- fía tomista: Per quas causas res gignitur, per eas- dem disolvitur. Esas naciones que han faltado á su vocación, que no sólo han blasfemado los misterios en sus ejércitos, sino que hasta materialmente han omitido el rezo del Rosario, se han empequeñecido, con admiración, pasmo y burla de las demás. Lo dice bien la Sagrada Escritura en los Proverbios: La justicia engrandece á las naciones, miseros au- tem facit populus peccatum, el pecado hace misera- bles á los pueblos. 231. Gregorio XIII, de Bolonia, Cardenal Hu- go Boncompagni, creado el 13 de mayo del año 1572, gobernó 12 años, 10 meses y 28 días; murió el 10 de abril del año 1585. Aprobó á S. Felipe Neri la Congregación del Oratorio. Sede vacante 13 días. Este Papa fundó muchos Colegios para la ins- trucción de los jóvenes, el gregoriano, el germáni-
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