BCCPAM000R14-3-06000000000000

= 289= rras promovidas por la reforma protestante tenian perturbada toda Europa, los turcos, que no perdían ocasión de ensanchar sus dominios, quisieron apro- vechar la que se les ofrecía con motivo de esta ge- neral consternación, para acabar con la Cristian» dad. Los reyes de Europa, en un adormecimiento inconcebible, parecian no advertir el peligro; pero el Santo Pontifice Pio V, velaba sobre la Cristian- dad. Ya Selín II se preparaba á caer sobre Venecia, cuando en el mes de mayo del año 1571 se firmó la Liga entre el Papa, Venecia y el rey de España. Las demás potencias, absortas en sus luchas interiores, no respondían ála voz de alerta del Soberano Pontífice. Sin turbarse porsu abandono, llevó adelante su proyecto el Papa del Rosario; y á pesar de la inferioridad de su armada, no quiso que aguardase la llegada de la flota de Selín, sino que saliese 4 su encuentro. Nombró generalísimo de la armada cristiana á D. Juan de Austria, her- mano de Felipe II rey de España, y por su segun- doá D. Marco Antonio Colonna, encargándoles li- cenciasen á todo soldado que no fuese de verdad cristiano. Antes de embarcarse en Nápoles, recibió el generalísimo la bendición del Sumo Pontífice, y la bandera, bajo la cual había de combatir, que lleyaba pintadas las imágenes de Jesús y de María. También recibió rosarios, para que todo soldado pudiese llevar el suyo. Todas las tropas de la Liga del Papa, reunidas ya en Corfú, partieron á velas desplegadas en bus- ca de la flota turca; halláronla anclada en aguas de Lepanto. Cuando los turcos vieron venir á los cristianos á presentarles batalla, dieron por seguro 24 iii pa E APA a gia E

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz