BCCPAM000R14-3-06000000000000

de Ancona, en el bosque cuya propietaria llamá- base Loreto, de donde vino el nombre con que los fieles comenzaron á conocerla. Actualmente está á cargo de los capuchinos. La afluencia de pere- grinos, y sobre todo los regalos de los Papas, y las visitas de princesas, reyes y emperadores, forma- ron una sala de tesoro única en el mundo por su riqueza y arte. Pero ¿qué es toda la joyeria en comparación de las tres tazas pobrecillas (de ba- rro) pero auténticas, de Jesús, de María y de José? Los fieles desean con avidez acercar sus labios á aquellos bordes que tantas veces estuvieron en contacto con el Hombre Dios. Los 69 armarios para contener los tesoros pontificios, imperiales y de los fieles, costaron, mano de obra, 565.000 li- ras; pero eso, sólo causa admiración. Donde todos se arrodillan y lo que todos veneran es el pobrisi- mo armario donde la Madre de Dios, la Empera- triz de cielo y tierra, guardaba la pobre ropa de su familia. Han estado, viviendo ó visitando la Santa Casa, S. Joaquín y Santa Ana, propietarios, San José, el Arcángel San Gabriel en la embajada celestial para oir de María el consentimiento á lo que se le anunciaba, los Angeles que la transpor- taron, San Pedro que la consagró templo, erigió en ella altar y celebró el incruento sacrificio, todos los Apóstoles, muchisimas veces juntos y por sepa- rado, singularmente S. Juan Evangelista, que te- nía la obligación de cuidar de la subsistencia de María. Santiago de un modo especial cuando pidió á la Virgen la bendición para ir 4 España. Santa Ma- ría Magdalena, Marta y demás piadosas mujeres; San Juan Bautista, Santa Elena Emperatriz, ma- OS E a or: Pe rs, e A li A Ea ein go — er A A AN A AA E .. A

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz