BCCPAM000R14-3-06000000000000

CISMA XVI Entre Bonifacio VII, Benedicto VIly Juan XIV. Si la Iglesia católica-pudiese morir, ciertamen- te era éste el conflicto mas propicio para ello. Pero Dios que le ha prometido la infalibilidad en la doctrina, sacó incólume de entre todas las pasiones humanas el depósito de la fe. El Solio Pontificio llegó á ser un cargo público dado por el poder preponderante al sujeto en quien se veían garantías para extender el dominio del Santo. Marozia, Venus verdadera, que con su hermosura y favores traía fascinados á Condes coronados, Marqueses y Duques de Estado, esta impía mujer, Condesa de Toscana, empleó su influencia increíble en quitar y poner Pontifices á su antojo, sin que la detuviese el torrente de sangre derramada para salir algunas veces con sus intentos, siquiera esa sangre fuese la del Soberano y legítimo Papa, á quien encerraba, envenenaba, degollaba ó ahoga- ba á su gusto. A la muerte del Papa Juan XIII, fué elegido canónicamente Benito VI; pero habiendo muerto el emperador alemán, Oton, que tenía á raya á los ambiciosos y corrompidos Condes, Crescencio, Conde de Toscana, capitaneando á los revolucio- narios de Roma, se apoderó del Pontífice y lo en- cerró en el Castillo de Santangelo. Allí, contribuyendo eficazmente un corrompido llamado Franco ó Francon, fué asesinado el Papa. En el mismo momento y lugar quedó elegido para suceder á Benito el corrompido, impío y asesino Francon, y se dió el nombre de Bonifacio VII, en- M o M4 dl ne HEN! E 1 n ' AN

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz