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SIE AR AL ”—LECTOR El 1” Congreso de Estudios Vascos celebrado en Oñate acordó la reedición de algunas colecciones de música popular de difícil adquisición. Elegido Vocal de la Sec- ción de Música y Danzas de la Sociedad de Estudios Vascos el Sr. D. Juan Carlos de Gortazar trató de llevar a la práctica este acuerdo comenzando por el libro de Juan Ignacio de Iztueta « Guipuzcoaco Dantza Gogoan- garrien Condaira edo Historia... » Con este fin presentó a la Junta Permanente de la So- ciedad una moción que se publicó en el Boletin de ésta, en 1926, primer trimestre, año VIIL, n* 29. Según ésta, debia adaptarse la grafia de la época a la actual. Esta adaptacion debía ser doble : la referente al texto lite- rario y la que correspondia al musical. En éste debía cambiarse lo que aparece en seis por ocho y a nosotros ha llegado por tradición en la forma inequívoca de cinco por ocho. Según este criterio el Sr. Gortazar mandó hacer una copia del libro de Iztueta, transcribiendo de su propia mano la letra de las canciones y poniendo en 5/8 algu- nas de las melodías. Teniendo casi concluido su trabajo, falleció D. Juan Carlos de Gortazar. Llamado a sustituirle en el puesto de Vocal de la S. de E. V., mi primer cuidado fué con- tinuar la obra de mi predecesor. Reuní, sus papeles y puse en limpio lo que de su mano aparecia transcrito. Conservé integramente lo que él había hecho y, ultima- dos algunos detalles, pude enviar a la imprenta el ma- terial que aqui aparece. Está constituído éste por las melodias que publicó Iztueta. Como más arriba digo, la única diferencia que existe entre esta y aquella edi- cion es la adaptación gráfica del texto literario a las normas de la Academia Vasca y transcripción en 5/8 los n* 4, 19, 31, 32, 33, 34, 37, 38, y 52, que aparecen en 6/8 en la primera edición. Con esto da cumplimiento la Sociedad de Estudios Vascos a una de las conclusiones del Congreso de Oñate. Tratándose de obra tan fundamental para nuestra mú- sica popular como la de Iztueta, es una satisfacción haber podido llevarla a cabo. Ella reavivará en nosotros el agradecimiento a este benemérito hijo de Zaldibia, ue, movido por el amor al pais, nos legó una colección e la que Bordes dice ser « peut-étre unique dans la bibliographie du folk-lore ». Poco sabemos de la vida de Juan Ignacio de Iztueta. Consta que nació en Zaldibia el 29 de Noviembre de 1767 y que sus padres se llamaron D. José de Iztueta y Doña Maria Ignacia Echcberría, ambos naturales de Laz- cano. La casa propiedad suya, donde estos residieron en Zaldibia, se llama « Iztuetanea », sita a la termina- ción del casco de la villa, camino del monte Aralar. De este matrimonio nacieron siete hijos : cuatro varones y tres hembras. El tercero en orden fué Juan Ignacio, el cual aprendió las primeras letras en su pueblo natal. Contrajo matrimonio con Doña Maria Joaquina Lin- zuain el 11 de Enero de 1790 : falleció el 18 de Agosto de 1845 a los 78 años de edad (1). De condicion humilde, consta que fué marraguero o colchonero, operario de capisayos para pastores y cuer- (1) Murió en Zaldibia segun comunicación de D. Gabriel Amondarain, coadjutor en la actualidad de dicho pueblo. No concuerda, pues, su opinión con la de J. Vinson, quien en su <« Essai d'une Bibliographie de la Langue Basque >, página 295, da como lugar de su muerte el pueblo de Mondragón. Vinson da asimismo equivocada la edad en que murió Iztueta : a los 81 años, siendo seguro que no llegó a cumplirlos. das para abarcas. Más tarde el Ayuntamiento de San Se- bastián le ofreció un empleo en el Portazgo, que él aceptó y desempeñó durante varios años. Ademas del libro de Danzas escribió Iztueta otro que se publicó en 1847, dos años después de su muerte : « Guipuzcoaco Condaira edo Historia ». Escribió asi- mismo poesías. Es suya la conocida « Kontxesi ». Tanto en prosa como en verso, en prosa sobre todo, fué escri- tor de estilo suelto, flexible y armonioso. Desde sus primeros años era aficionado a los bailes vascos y a cierta edad organizó grupos de jóvenes del pueblo formando cuadrillas de Ezpata-Dantzaris, Bro- kel-Dantzaris y Dantzari-txikis, siendo él quien al frente de sus cuadrillas ejecutaba los bailes con agilidad sin igual. culo Iztueta se vid imposibilitado para bailar a causa de su edad, el amor a los bailes del pais le movió a escoger uno de sus discípulos para que le sucediese como maestro. Educóle en forma especial y fué su con- tinuador. Llamóse éste José Antonio Olano, el cual fal- ieció en Villafranca el año 1879. Discípulos de Olamo fueron D. Braulio Armendariz, D. Justo Irastorza (1), D. Francisco M' Olaran, Presbítero y D. Lorenzo Pu- jana ,(2). Asi la línea Iztueta-Olano-Pujana establece la filia- ción directa de nuestros actuales bailes con los que en el siglo 18 se conocían en nuestro país. De ellos nos da idea clara Iztueta en sus dos volúmenes que contienen uno las explicación de los puntos y pasos y el otro la música a cuyo son se bailaban. Al reeditar nuevamente esta obra, la primera cono- cida de nuestra bibliografía popular musical, queremos consignar nuestra simpatía agradecida a D. Juan Igna- cio de Iztueta a quien el amor a la tierra natal dictó esta obra. Junto a su nombre han de ir los de D. Pedro Albeniz (3) y D. Manuel de Larrarte, organista de Er- nani que ayudaron a Iztueta en su empeño. Sea este el homenaje que rinde a Iztueta la Sociedad de Estudios Vascas y en su nombre. P. José Antonio de Donostia O. M. Cap. Vocal de la Sección de Música y Danzas. (1) Conocí a Justo Irastorza, operario de la fundición Luzu- riaga de San Sebastián, lindante con el actual frontón de Jai- Alai, Le conocí por haber venido durante algún tiempo a nues- tro Colegio de Lecaroz a enseñar a nuestros alumnos los bailes vascos el año de 1916. El nos Jegó como recuerdo, la bola coro- nada con una banderita, con la que Iztueta bailaba delante de sus cuadrillas. (2) En la actualidad maestro de baile de la Academia de Danzas de Donostia que se fundó en 1928. (3) Notable pianista, hijo de Mateo Albeniz. Discípulo de su padre primero, y luego de Herz y Kalbrenner en Paris, fué nombrado en 1830 profesor del Conservatorio de Madrid y en 1834 primer organista de la Capilla Real. Fué profesor de Ja reina Isabel 11. Compuso muchas obras (variaciones, rondós, fantasías, estudios, etc.) y un método de piano para el Conser- vatorio de Madrid. Fué el iniciador de la técnica moderna del piano en España. Poco se sabe de su padre Mateo Albeniz. Murió en San Sebas- tián el 23 de Junio de 1831. Fué Maestro de Capilla en Logroño y gozó de gran fama entre sus contemporáneos. Es interesante señalar que en 1802 apareció en San Sebastián un tratado titu- lado «Instrucción metódica especulativa y práctica para ense- har a cantar y tañer la música antigua » escrito por Meteo Anto- nio Perez de Albeniz que no es otro que el padre de Pedro Albeniz, según afirma Nin en el prólogo de sus « Seize Sonates Anciennes d'Auteurs Espagnols > (Paris, 1925). Conviene, pues la ocasión se brinda, rectificar a Riemann que en su Dicciona- rio de Música llama a Mateo, Pedro y le hace « moine ». MIT POMBO DNPT A IEA ERRADA

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