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Un dia de clase 7'15 de la mafana: Sdlo un pensamiento ron- da por mi cabeza mientras me dirijo a mi cuar- to de bafio particular: ,Quién demonio habria inventado el timbre eléctrico? Acabado el aseo, bajamos a desayunar y, para comenzar brillan- temente la jornada, nos enfrentamos con dos fecundas clases, después de las cuales tene- mos un breve recreo de descanso con un pe- queno almuerzo. Y a la media hora nos llaman ya para otras dos clases con lo que se acaba la sesi6n matinal. Es la una y media y la mafana ha terminado. Es ya hora de comer. Viene ahora un recreo hermoso de mas de una hora bien aprovechada. Otra clase y otro recreo, éste semilargo, pero con merienda. De 6 a 7 damos la sexta clase del dia, para pasar luego a las habitaciones y realizar el estudio particular de las asignaturas que mas nos inte- resan oO urgen. A las 8 de la noche tenemos misa, mas o menos voluntaria y mas o menos todos los dias. Después de cenar a las 8'30 nos dan una media hora para reposar viendo la televisién o charlando un poco, y hasta las 10'30 aproxima- damente seguimos estudiando en las _ habita- ciones. Los pequefos tienen un horario, si no igual, bastante aproximado; pero como viven en otro pabellén, apenas si puedo darles otros deta- lles. Sélo que ellos tienen salas comunes de estudio. Afortunadamente no todos los dias son seis clases. Otra novedad simpatica de este curso el que hayan impuesto dos tardes libres, que son el miércoles y el sabado, que —dicho sea de paso— nos parece magnifico.

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