BCCPAM000760-6-06p27d00000000

Hace veinticinco anos jMorte fue el responsable!... Uno es- ta tan tranquilo en su casa y de pronto recibe una carta de Luis convocandole para las Bodas de Plata de su promo- cién de bachiller lecarocista. La prime- ra reacci6n de uno es ir corriendo al espejo y decir: jno puede ser!..., yo no puedo celebrar Bodas de Plata de na- da!... Pero ni el espejo ni el calenda- rio mienten y uno tiene que confesar- se a si mismo: mi querido amigo, re- signate, ya has doblado la ultima cia boga y tu trainera esta enfilando ya la baliza de llegada. Vamos llegando separadamente al Co- legio el sébado por la noche: Iturralde, Forcada, Beorlegui, Zuza, Zapidin, Mor- te, Aldanondo; y henos aqui de nuevo reunidos viejos compafieros y profeso- res de bachiller al cobijo de los vetustos muros de piedra de Lecdroz. El P. Agus- tin hace de cicerone e introductor de embajadores. Aparecen luego los Padres supervivientes de nuestra época: Dosi- teo, Diego, Crisanto, German, Santos... Recibimiento, abrazos, contacto rapido y cordial, anécdotas y recuerdos aflorando atropelladamente. Cena presidiendo en el antiguo come- dor en donde la tortilla sirve de catali zador de ios recuerdos: la lectura, desde el pulpito, de Julio Verne, la mirada in- quisitiva del P. José Miguel localizando el grito estentéreo, los afios del hambre y Morte llendndose los bolsillos de pan para abastecerse para toda la jornada.. Luego sobremesa de «hombres solos» en el Hostal, que durdé hasta el alba. For- cada nos obsequi6 con un programa de «Esta es su vida», que para si lo hubie- ra querido Federico Gallo. ,Sabia usted que ha sido traficante de esclavos? Ad- quiria los negros en Guinea y Beorlegui los transportaba en su barco hasta el ba- rrio de Harlem de Nueva York, y, claro, jasi han salido luego las cosas!... (Pero, por favor, de esto gudrdeme el secreto, pues ahora son dos sefiores respetables) . Al dia siguiente, el Baztan, avaro de su bellezi, se estuvo ocultando de mafia-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz