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El sol estaba en el firmamento y» staba en millares de corazones ¿Cuatro mil? No lo sé Lo ciertó es que jamás he asis ¿Tres mi tido á una reunión más numerosa de compatriotas, y el número esta vez no dañó á la alegría. El júbilo retozaba en todos los semblan tes: nada de etiquetas; aquello era una familia enorme que se habia lado cita en la casa solariega para celebrar su triunfo comun; mu chos sin habernos jamás visto en la vida, nos reconociamos expon táneamente; éramos hermanos; gajos del mismo árbol reconstrut lo as de un mismo edificio, rayos de un mismo sol; la familia res por fin!... y esta vez para siempre no había Pirineos, no centros de diversa indole política ó social. Por eso, mientras se bendecían los progresos materiales rea lizados, mi pensamiento se remontaba á las regiones superiores lel erandioso progreso moral efectuado; yo veía en Llavallol la mi ión tan suspirada de las diversas provincias de nuestra dolatrada todos los ideales nobles y todas las aspiraciones honradas ificada de todas Euzkadi; se habian armonizado allí; el alma de eldestarrak, se mostraba en la plenitud de su pujan las aleaciones, za y de su belleza. Fué el primer batzoki celebrado en América! En la hora del éxito no es posible olvidar á los obreros de la pri mera hora. ¿No estaban todos alli? No Muchos, demasiados han pa sado á la eternidad. ¿Cómo no recordar á una de las dignisimas ma- lrinas de la piedra fundamental, la señora Adelaida Zabala de Ayer igualmente dejar de mencionar a aquel santo conseje lamó el R. P. F za? Imposible ancisco La ro y arengador impertérrito, que se phitz!... He lamentado sinceramente que un: enojosa dolencia haya sido ancia ecaborde -ausa de la ausencia de don Martín E la obr: e se coronaba, faltaba, y la falta 10, verdadero padre de y de esa silueta me hacía el efecto de un hueco enorme dejado por una bandera no izada; bandera ven sranda de la primera batalla, la por eso mismo, la más gloriosa. Qué Dios nos la más reñida, y hallaba presente don Juan S. Jaca, ese que no vo á decir que este buen le descansos, ni de descorazonadas; me <aldado no ha tenido en su vida más que una idea fija: la Fuskal tal como la ha- Echea: y bien; tiene hoy, hermosa y soñado; y si tos baskos pueden decirf t los en ella pusi señor don Juan S. Jaca, puede exclamar XV tout mos nuestras manos , el ír, tout honneur! con legítimo orgullo: ésta es mi
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