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58 — propio de los educandos, debe ser complemento necesario de sus conocimientos teóricos. Por eso, los alumnos de los Cursos Supe- riores se ejercitan diariamente una ó dos horas en todos aquellos trabajos que fácilmente puedan ser ejecutados teniendo en cuenta su precoz amor. Y no solamente los alumnos de estos cursos, sino que gran parte de los niños de otros cursos inferiores están obli- gados al mismo diario trabajo, con el fin educacional de atender al desarrollo armónico de las facultades anímicas de su espiritu y del *'físico*'” de sus infantiles cuerpos. Y no creemos que padres de familia, naturales ó bien oriundos de la fuerte estirpe de los baskos, puedan oponerse á este sistema tan original como práctico / 4 s É de enseñanza, ideado y puesto en práctica en los mejores Liceos de Norte América y Alemania y que tiende en primer témino á favorecer á los jóvenes educandos, según reza el aforismo latino '"mens sana in corpore sano?””, un espíritu fuerte en cuerpos robus- tos y sanos. Las caras alegres y sonrosadas de los niños, su porte varonil y gracioso en los aurreskus y makil-dantzas, verdaderos ejercicios gimnásticos que tanto interés despertaron en el los presenció, serían la mejor demostración del principio educa- público que tivo apuntado. GRANJA EXPERIMENTAL AGRICOLA Pero aparte de este trabajo más bien que forzoso experimental y recreativo en que se ejercitan diariamente dichos alumnos, sabe- mos que la Euskal-Echea proyecta crear en sus fincas de Llavallol, una verdadera granja agrícola, donde los educandos de los Cursos Superiores, puedan adquirir los conocimientos prácticos necesarios para dirigir, administrar y ejecutar con sus propias manos, trabajos agrícolas y de sus industrias derivadas, con arreglo á principios y métodos científicos que les permitan empezar á prestar sus servi- cios á la salida misma del Colegio. La empresa, no lo dudamos, es árdua y dificultosa; se preci n grandes sumas de dinero para lMenar las necesidades de este género de instrucción, la más cara de todas; habrá necesidad de mayores extensiones de terreno, de personal de trabajo más abundante y exper:mentado, de maquina- rias de cultivo, de planteles de experimentación, de laboratorios y museos, en fin, de pequeñas instalaciones de las diversas industrias rurales cuyo importe y sostenimiento ascienden á algunas decenas de miles de pesos, con las que no pueden ni deben soñar por ahora las Comisiones Directivas, hasta tanto no den fin á las obras de *""habilitación??, llamémoslas asi, en que están empeñados con tena- cidad encomiable.

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