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30 — 1 4 es de la singular, conforme á las modalida "ama pr raza que trata de educar, que son los niños argentinos descendien- tes de los antiguos euskaros, tan hondamente radicados en esta roble, rica y libre República del Plata. Vida propia, repito, y característica, que tiende á desenvolverse 1 en un ambiente de e: Ñ , n compieta, sana y robusta para el alma y para el cuerpo, fundada sobre ei estudio teórico y práctico de la agricultura, con sus ciencias auxiliares y complementarias de agrimensura, física, química, contabilidad agrícola ó rural, etc. Er medio de este cúmulo de estudios, no debíamos, no podía- mos olvidar nuestros hechos históricos, nuestra historia baska, cuyos elementos informativos y jurídicos bien pueden servir de ejemplares modelos á las tendencias y constituciones democráti- cas de las repúblicas americanas, singularmente de esta tan flore- ciente y adelantada nación Argentina. Ni menos podíamos prescin- dir de nuestra antiquísima y venerable lengua, el euzkera, dulce unas veces, como caricias de madre, cuya singular modulación trae á nuestra memoria los acentos de los idiomas primitivos, fuerte y enérgica, otras, como clarín guerrero, como rayo que troncha las seculares encinas. Ved, señores, porque nuestro Programa abarca también el es- tudio de la lengua, historia y legislación de los baskos. 1 ' Las Hermanas Siervas de María de Ang giet, que con tanto em- peño y cariñoso interés regentean la sección de Niñas de es- tos Institutos de Euskal-Echea, tienen también su Pr grama par- ticular en armonía con el sexo á quien tratan de educar, y en perfecta consonancia á las alumnas de abolengo basko. No es del caso exponerlo por la premura del tiempo. Pal vez alguien pregunte: qué nos proponemos con tales Pro- gramas? 1 formar, á la som del árbol de nues- La respuesta es sencill tras libertades coronado con el lábaro santo de la Cruz, mujeres, ueron nuestras idolatradas madres, que velen con dignidad por cumplimiento de sus deberes y por el decoro de su hogar y sean ei consuelo de su esposo en las amarguras que éste experimenta en la lucha por la vida. Formar de cada uno de estos niños un criollo basko-argentino con el vigor propio de la raza, con la nobleza y cultura de los hijos de su patria, y, sobre todo, con el carácter, aptitudes y te- nacidad de sus abolengos inmediatos. que dieron á la nación Ar- gentina gran parte de su vida próspera, rica, eminentemente co- y agrícola.
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