BCCPAM000R09-1-40000000000000

— 82 palabra lleva en cada frase, un aliento de esperanza. Pero ¡oh dolor! en este mundo los traidores ganan muchas veces á los va. lientes. La Tremoille y los jefes por él ga- nados ordenan abandonar el combate. «En- traré hoy mismo en París, dijo Juana pro testando, Ó moriré aquí». ¡Ay! Los solda- dos no sabían que hacer, se baten en reti- rada mientras que el duque de Alencón, conociendo el valor de Juana y temiendo su muerte, desalentando con ella el espí- ritu del ejército, la hizo conducir lejos de las murallas, á pesar de las protestas de la Doncella que exclamaba: «¡Ah! Si hu- bierais continuado, se hubiera tomado la ciudad. Y en efecto, súpose después que el pueblo lleno de pánico pensaba rendir- se, y que sus jefes, estaban dispuestos á ello. Una vez más se hubiera cumplido la promesa que Juana hiciera en nombre del cielo, si la política ruín y las pasiones hu- manas. no se interpusieran entre el interés y la salvación de todos. La valiente.—Juana no había renun- ciado aún, ni á sus proyectos ni á su va- lor. A la mañana siguiente, á pesar de sus heridas. levantóse temprano, y por el du- que de Alencón, ordenó un nuevo asalto. Pero dos señores llegaron á galope trayen- do orden expresa del Rey, de tocar á reti- rada. Obedecieron; peroestaban dispuestos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz