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atravesar el Sena, y dió orden de retroce- der. Juana pidió avanzar rápidamente, pa- ra sorprender y tomar la capital; pero Tre- moille que se entendía con el duque de Borgoña. aliado de los ingleses, se oponía al cumplimiento de este designio. Mientras tanto Belforts para darse más autoridad ante los franceses y levantar el espíritu de sus soldados, harto ya de reve- ses, se dirigió al Rey que huía con todo su ejército y llegó á escribirle una carta inso- lentísima en la que le decía, que le busca- ba en vano para hacerle la guerra; que le hacía responsable de todos los males de la campaña y le reprochaba que se sirviera para todo ello de una mujer mala y difa- mada. El miércoles 10 de Agcsto el Rey salio de Coulomniers, no para dirigirse á París si- 10 para volver á Chateau-Thierry. Nume- rosas plazas fuertes continuaban rindién- dose; al paso del Rey y de Juana de Arco, las muchedumbres demostraban su intens: alegria con el Canto de los Cánticos de la libertad. «Noche buena, noche buena» Belforts animado con la indecisión del Rey fué el 14 de Agosto á establecer su ejército y su tienda cerca de Seulis pero poco seguro del éxito de la batalla, tomó sus precauciones. En vano el ejército fran- cós se preparaba pura las escaramuzas; en