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> 57 — Tours, donde Carlos VIT fué á reunirse con ella. Encontráronse los dos á caballo y la Doncella llevando su estandarte en la ma- no se inclinó ante el Rey, y éste se descu- brió con el mayor respeto para saludarla y lo mismo él que las reinas la recibieron co- mo enviada del cielo que les traía las llaves del reino de Francia perdidas, pero encon- tradas por Juana de Arco. Cuando esta se halló á solas con el Del- fin se arrodilló á sus piés y le dijo: «Prínci- pe venid á Reims á recibir la santa unción de la realeza; me veo precisada á animaros: no vacileis pues, os lo suplico.» Mas ¡ay! el Rey pidió informes á su Consejo que declaró impracticable el proyecto. Todas las poblaciones principales del reino y aún la misma Reims estaba todavía sometida á los ingleses. Pero Juana había ya probado que era capáz de hacer lo im- posibley que por consiguiente podían fiar- se de ella. Lo que se aceptó fué que cogie- se á los ingleses las ciudades que ocupa- ban á orillas del Loire. Mas no creyendo el Rey que estaba en su mano conferir á Juana el título. de comandante general del ejército, encargó al Duque de Alencón, su pariente. y yerno del Duque de Orleans, tomar este mando y dejarse guiar en todo por Juana. El duque no había podido con gran sentimiento suyo acompañar á Or-
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