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— 346 — groso de Orleans, justamente enfrente de los ingleses. Desde allí pidió un jefe para hablar, y se presentó uno llamado Glasdall, « Rendíos, dijo ella, no podreis resistir.» Glasdall y los ingleses le contestaron groseramente, llamándola lujuriosa y guardadora de va- cas, amenazando con quemarla cuando ca- yera en su poder. «Muy pronto los ingleses serán derrota- dos. gritó Juana con dolor; y tu Glasdall no lo verás porque morirás antes» Profe- cía que se cumplió como todas las demás que hizo. A partir de este momento, un te- mor increíble é irresistible se apoderó de los ingleses. «Antes, escribía Dunois, comandante de Orleans, los ingleses con 200 de los suyos hacían huir á 800 y á 1.000 de los nuestros; ahora nos bastan 400 6 500 hombres para luchar contra todo el ejército de los ingle- ses.» Salida y entrada.—El miércoles 4 de Mayo, muy de mañana, salió Juana de Or- leans, con La Hire, algunos señores y 500 soldados para ir al encuentro del ejército de socorro que volvía de Blois. Como Jua- na lo había anunciado, toda esa tropa car- gada de municiones pasó através de las fortalezas enemigas, cantando himnos de- tras del estandarte que la heroína llevaba