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> ME: de En los últimos tiempos se veían cada vez más cercados y amenazados por el enemi- go, metidos como en un círculo de hierro y de fuego por una parte, y por otra, pre- sos de la miseria que se declaraba entre ellos, oprimiéndoles con las crueles garras de la muerte. Para celebrar la liberación prepararon un festín en el Hotel de la Anunciada, en casa del tesorero del Duque de Orleans. pero Juana que ayunaba todos los viernes, se contentó con tomar un poco de pan mo- jado en vino con agua No había olvidado aún sus modestas comidas en la mesa fru gal de sus padres. Orleans.—Al día siguiente, la muche- dumbre quiso tributar á Juana un nuevo triunfo, más grandioso y entusiasta que el de la víspera, y la acompañó hasta la Cate dral donde ella había querido ir primero para ofrecer á Dios públicas acciones de gracias. Empujada por sus ¿Voces» Juana hubie- ra querido atacar enseguida á los ingleses; pero Dunois y los otros capitanes más ó menos incrédulos todavía acerca de la mi- sión de la Doncella, aunqueob:igadosá ren- dirse ante la evidencia de los hechos, escu- chaban, sobre todo, su prudencia y habi lidad puramente humanas que nada habían podido conseguir hasta entonces sin el so-