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— MH = rar mas que por su bastón; por su Martín, como ella decía con gracia. Una carta.— Antes de lanzar su ejér- cito sobre los ingleses, le recordaron las Santas, que la ley divina y el derecho de gentes, ordenan que Á toda guerra debe preceder una proposición de paz. según la justicia. Juana envió dos mensajeros con una carta. al campo enemigo. En ella se di- rigía especialmente al Rey de Inglaterra y al duque de Beolfort, su regente en Fran- cia. La dicha carta, decía entre otras cosas: «Devolved á la Doncella, que es la enviada de Dios, Rey del Cielo, todas las ciudades que hayais cogido á Francia. Ella, está dis- puesta á firmar la paz con esa condición; debiendo además pagar vosotros, los da- ños causados durante la ocupación de di- chas ciudades. Idos de nuestro país; esta es la Orden de Dios; y si no os vais. sabreis quien es la Doncella con gran perjuicio vuestro. En cualquier sitio que os alcance en Francia, os batiré y arrojaré; y si no quereis obedecer os haré matar. Si no os rendís, se levantará en toda Francia un cla- mor no conocido desde hace mil años. Creed firmemente. que el Rey del cielo enviará á la Doncella, mas fuerza que la que ha menester para rechazaros en todo conato contra ella y sus soldados. La Don-