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partir? le preguntó un caballero decidido á seguirla, así como otros habitantes de Vancouleurs, ganados por su palabra y por su vida de trabajo y de piedad. «Par tiré enseguida contestó Juana, hoy mejor que mañana, mañana mejor que otro día. Reunióse la gente de Vancouleurs para proporcionarle lo necesario, y fué gran honor del pueblo y de los pequeños el ha- ber sido los primeros Pa ayudar á Juana en su misión dé salvar la patria. El e: api- tán no se había rendido aún, pero la heroí- na fué á verle y sin preámbulos le anunció la derrota de l: do tropas francesas sufrida aquel mismo dia, cerca de Orleans. El capitán no se conmovía, pero anotó el día y la hora en que hablaba Juana, y algunos días despues, en aquel tiempo en que tan difícilmente llegaban las noticias, pudo darse cuenta de la exactitud del he- cho y de las palabras de la heroína. «Solo Dios ó el diablo ha podido instruir á esta labradora» pensó. Estaba pues ven- cido; y cuando la joven de Lorena montó á caballo en medio de una muchedumbre que simpatizaba con ella, que la aclamaban con entusiasmo, el viejo capitán la gritó: «¡Vé, vé y venga á quien og Era el 23 de Febrero de 1429 Juana te- nía diez y siete años, un mes y diez y sie- te días. SITE RARAS RS ONO ERE ARAS