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11 — dadero Rey deFrancia». Durante este tiem po los ingleses se preparaban para llevar á ser dueños absolutos de Francia. ponien- do sitio 4 Orleans á fin de ocupar todo el curso del rio Loire que formaba la fronte ra del pequeño territorio dejado á Car- los VII. Aquello debía ser el finis Gallice en cuanto á la soberanía y gobierno de los suyos. lsa marcha.—Juana oyó á sus «Voces» que la hora de partir había ya llegado. La joven se emocionó profundamente y sintió que su alma se desgarraba. Lloró abun- dantemente. Tenía que dejar acaso para siempre á sus padres, hermanos, amigas, sus conocimientos, su ciudad. su Iglesia... y lanzarse á los azares de la guerra, expo- niéndose á toda clase de peligros. «Me gus- taría mas, repetía ella 4á menudo, me gus- taría más coser é hilar al lado de mi ma- dre...» Pero Dios había hablado; el deber la llamaba á la guerra y estaba aparejada para todos los sacrificios. Durand. fué to- davia el hombre de las circunstancias. Ad- vertido por Juana fué 4 Domrémy, brujo pretexto de pedir perniiso para llevarse de nuevo á la joven á cuidar de su mujer en- ferma, lo que de hecho era verdad. El per- miso, fuéle otorgado sin que se sospecha- se nada, y la Virgen de Lorena se puso en camino. ERMATENCTACTCRAR E RRTAA PIDA AS e A