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traron sitio en una hospedería,y la ocupa- ción de nuestra heroina allí, era guardar los rebaños de dia y el tiempo que le que- daba libre, empleábalo en ayudar á la pa- trona de la casa que era una buena mujer, llamada la «Rousse». Pasados algunos dias pudieron volver á Domrémy que había sido saqueado porlos enemigos, dejando vacías las casas y los es- tablos y hasta la Ielesia medio quemada. Un sueño.—Por este tiempo. el padre de Juana tuvo un sueño sobre el secreto impenetrable desu hija Secreto que guar- daba en su corazón la heroina, sin comuni- carlo con nadie y de que por consigtiente nadie tenía la menor idea. El bravo labrador vió en su sueño á su hija montada á caballo en medio de solda- dos, dándoles instrucciones y órdenes. Co- mo en esta época de desórdenes las cuadri- llas guerreras iban acompañadas de muje- res desgraciadas que se entregaban al li- bertinaje, pudo creer el excelente padre que Juanita, aquella su hija tan buena y tan piadosa, llegara á ser del número de es- tas malas hembras. Mas imposible. La repetición, sin embargo, de los sue- ños inquietaba al cristiano campesino, y no pudiendo sostener por mas tiempo la lu- cha que motivaba en su espíritu esta sos- pecha, se la contó á su mujer diciéndole: ATENTA A EII AO