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lla escena.-—Era el 24 de Mayo de » ] loncella encadenada, 1431? present en uN Carro. ( 1e criminal y escol- tada por solda le dejaron de adver- tir sus «Voces» que tuviese cuidado. por- que querían engañarla, y lo conseguirían El pueblo llenaba las calles y la plaza Saint ouen (antiguo cementerio) donde se había levantado un estrado ó tablado. en- frente de otro grande y magnífico donde aparecían los altos personajes y represen- tantes oficiales del Rey y del Clero inglés. Colocaron á la infelíz víctima sobre aquel tablado en cadenas pies y manos, y atada á un poste con un cinturón de hierro. Un pe queño piquete de militares la rodeaban; tenía á su vista los instrumentos del tor- mento. y el verdugo que debía llevar en el carro su mutilado cadáver. Primeramente delante de la muchedumbre más ó menos hostil sufrió una larga lectura contra ella; pero cuando el orador (1) atacó á su Patria y á sua Rey no pudo contenerse, y gritó: na todo lo que se decía contra la Religión r la fé de Carlos VII era falso. disponer de ella sin temor á ser considerada mártir Si no se retractaba se la entregaría al brazo secular coro temeraria, superticiosa etc. y como obstina- da se la declararía fuera de la comunión de la Igle- sia (N del T) 1) Lo era Guillermo Erad (N. del T
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