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— 114— Para ablandar aquel caracter diamanti- no en un cuerpo de doncella tan delicada creyeron un recurso eficáz la vista del tor- mento. El nueve de Mayo Cauchón la hizo conducir 4 la gran torre del castillo de Ruan y allí delante de los demás Jueces y á la vista de los instrumentos y verdugos preparados para hacerla sufrir, le inti- mó de nuevo que adjurase de sus mentiras y supercherías; pero Juana le contestó con valor: «Aunque me arranquéis los miem bros y me hagáis morir no diré otra cosa de lo que os he dicho; y si os dijese aleo en contrario declararía: enseguida que me lo habiáis hecho decir á la fuerza» (1) En vis- ta de esta actitud resolvieron los Jueces si- mular una terrible escena pública que pu- diera obligar á Juana á la retractación tan deseada. Había ella declarado uno de los días, (2) que aunque viera el fuego encendido y al thet que se comprobó con la triste suerte de los que más se señalaron en contra de Juana (N. del TP) (1) Consta esta declaración en el Proceso folio 369 recto Notárese aquí que apesar de todo no la sometie- ron al tormento por que todavía estaba Juana con- valeciente y temieron muriera en él á causa de su debilidad (N. del T). (2. El 23 de Mayo después de una exhortación de Pedro Maurice y una amenaza del mismo si no se sometía (/N. del T)