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11 de la pastorcilla de Donremy todas las otras historias de heroínas de la guerra; ni la vida de esas otras Vírgenes cuya exis- tencia se desarrolló en un ambiente de placidéz, donde florecen las azucenas de la santidad, dejándonos aromas de candor y calma, son comparables con esta nueva Beata que Pío X elevó á los altares. La historia de Juana de Arco, merecía que un erudito y artista reconstituyese como de un antiguo libro gótico, en sencillo y cándido estilo medioeval, la trama prodi- giosa de su vida de Virgen, de Guerrera y de Santa. Todos sus hechos desde que sale de su casa solariega dejan en nuestra alma un eco épico. aunque no el desvane- cimiento de alturas espirituales de los místicos inflamados de amor penitente, Sin embargo, á cada paso de su bella historia vénse brotar en su corazón todas las virtudes, como brotan sin esfuerzo en el campo las florecillas de Abril, Juana está inmortalizada en las estátuas de Orleans, Beauneuvir, Donremy, Chi- nón, Reims, París'y en los cuadros que conserva el Museo de Lcuvre, debido á los pinceles de Jugres y otros; pero su in-