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e2 EL PROELEMA RELIGIOSO idólatras del libre-pensamiento. Me preguntáis con razón ¿qué es el pensamiento? Mas ¿cómo queréis que conteste a ese interrogante cuando la materia misma es un arcano para el hombre? Diremos que el pensamiento es una facultad del alma por la que discurre y combina ideas: una función del todo es- piritual; es decir: de absoluta independencia de la materia y que sólo puede realizarlo un ser también puramente espiritual. Todo pensamiento necesita co- mo elemento de elaboración y de estímulo el choque de los sentidos con las cosas-objetos: necesita de material externo; pero el ejercicio de los sentidos no es otra cosa que un ejercicio previo o la función mental; dispositivo preciso para que el alma se halle en función de pensamiento. Las impresiones exter- nas del orden sensible son imprescindibles como al- dabadas que se dan en la puerta para llamar la aten- ción del agente interior; y cuando un sentido ha «sonado», el morador de dentro responde entrando en sus funciones propias. El alma piensa, cuando el sentido ofreció materia de pensamiento. Es pues una función que necesita de estimulante externo, pero que la realiza el alma, «ella sola», y como función de un agente espiritual, el pensamiento es un acto puramente espiritual. El doctor Maestre, español, en el prólogo al libro de Benjamín Marcos: Los grandes filósofos espa- ñoles (1), nos dice con su acostumbrada heterodo- (1) Madrid, 1923. Libro de muchos errores.

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