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El principio vital. 86 EL PROBLEMA RELIGIOSO el pensar y el sentir eran diferentes, no sólo en grado, sino en naturaleza. Además fijaos en este ar- gumento que también se obtiene por la experiencia, La materia sola ¿es suficiente para explicar tanto la sensación como la idea? —La materia, v. gr.: la piedra, no puede sentir ni pensar. —Efectivamente, y para reconocer eso no hay que volar a la región de la metafísica; es de simple observación, de sentido común. Si las montañas tu- vieran pensamiento, aplastarían a los pueblos que van a robar sus canteras y depósitos de oro... Los tones y los electrones cargados de electricidad posi- tiva aquéllos y negativa éstos, producen sensaciones, son objeto de la mente, pero ellos ni sienten ni pien- san. Entonces brota naturalmente la pregunta: ¿qué es eso que hace sentir y pensar? Indudablemente algo fuera de la materia bruta por bien organizada que esté... El alma. Lo mis- mo que se dice que no hay vida sin un principio vi- tal que está fuera de la materia, así no hay idea sin un principio espiritual. Si la vida es un imposible para el laboratorio, porque no se le ve ni toca ni somete a alambique ni retorta, ¿cuánto más el alma? Sin embargo, los que han fracasado en las investi- gaciones sobre la vida, persisten en que no haya más alma que la de laboratorio... Augusto Bier, director de la clínica de cirugía de la Universidad de Berlín, ha escrito: «Tampoco nuestros conocimien- tos científicos actuales que en tan alto concepto te-
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