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El alma y la observación científica. 84 EL PROBLEMA RELIGIOSO ción», porque ellos, llenos de positivismo, no quieren otra cosa que «eso»: «observación», «experimenta- ción». No quieren una psicología metafísica. Se pa- rapetan en una filosofía empírica de «datos», de «experiencias». Mas aunque parezca algo difícil es- tudiar el alma en el terreno de la observación, no me apartaré de ella para haceros comprender que esa filosofía es una negación de la ciencia. Diré en primer lugar que la famosa escuela de Driesch cree haber establecido la necesidad científica de que sea aceptada en las investigaciones naturales, como lo fué siempre en las filosóficas, el factor alma como agente real, positivo, extrínseco e independiente de los demás factores vitales, sin el cual no tendrían explicación muchos hechos de Biología y de Psico- logía. En muchas escuelas se le da el nombre de Psicoides por evitar darle el nombre de alma (1). No vamos a recurrir, para probar la existencia del alma en el hombre, a otras demostraciones que a los hechos, puesto que según Littre, los hechos son la piedra de toque de la ciencia humana, y porque se- gún su máxima, en la balanza de la verdad pesa más una experiencia que cien tradiciones. Realmente hay existencias substantivas como el alma, que se sustraen a la observación directa O ex- perimentación que ellos desean; mas no rehusamos ese terreno de análisis para demostrar el alma. —¿Cómo someter a análisis el espíritu? (1) Ibérica n.* 478.
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