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UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA 17 opinión sabia y clara de antropología humana». Cuvier en su libro Le régne animal, y Humbold en su Cosmos, y Buffon en su Discours sur les varié- tés de Pespéce humaine, concuerdan con Quatrefa- ges y con la fe... Para todos es un principio claro que las diferenciaciones exteriores de los hombres no pueden causar diversidad de especies. —Gustaría conocer entonces cómo el hombre en Asia es amarillo y blanco en Europa. —Está bien. Eso no supone más que matices... La ciencia y la simple observación enseñan que las variaciones de matices son ordinarias entre mamí- feros de una misma especie. En el hombre la colo- ración de la piel es tan accidental, que se modifica con las condiciones del clima. La piel del negro re- cién nacido es blanca, bastante parecida a la piel del niño de raza blanca. Se produce la variación de negros, blancos y amarillos con el roce del aire bajo la influencia del sol, y el uso de elementos pe- gajosos a la piel, etc., etc. El cuerpo del europeo adquiere color moreno en Egipto, color bronceado en Abisinia, color casi cobrizo en Guinea, etc. Dada la predisposición hereditaria, fácilmente el niño toma a los pocos meses o años el color propio de aquellas latitudes donde vive. Por otra parte, entre la misma gente de la raza blanca existe una gama más o me- nos variada o acentuada de matices, pues entre ellos los hay blancos, rubios, morenos, muy marcados, etc. Es, pues, clarísimo que el color no afecta a lo fundamental de la especie. La Cia de diferen razas. A a

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