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La creación directa del hom- bre. 70 EL PROBLEMA RELIGIOSO ren, duermen, crecen y envejecen, pero eso ¿qué supone? Como hace observar William Turner aquí no son las semejanzas lo que se han de buscar sino las desemejanzas... el espíritu, la razón, etc... La paleontología no presenta un solo ejemplar interme- diario o anillo entre el hombre y sus antepasados simiescos de la fantasía darwinista. Los que se afe- rran al origen animal, dicen tal vez lo que quieren ser, —4¿ Por qué creó Dios el hombre en la última edad como última criatura? —No ciertamente porque sea lo peor sino porque es la perfección del mundo planetario, y para que al aparecer en escena viese lo que el Creador había hecho para servicio suyo, y el hombre al verse co- mo monarca puesto en el trono ya preparado por el Hacedor, le rindiese constantemente pleitesía y ho- menaje de reconocimiento. Por eso le dió ojos para que contemplase las hermosuras naturales, y le dió oídos para que recogiese las armonías dispersas del universo y le dió alma para que uniese estrofas es- pirituales a las materiales y le dió pensamiento y lengua para que enalteciese a Dios por todas las maravillas obradas en la creación... —Me asalta todavía una duda. ¿La creación del hombre fué directamente por Dios? Pudo Dios la- berlo creado por evolución por medio de agentes extraños... —En este caso necesito deciros que si bien la pre- paración del mundo fué evolutiva la creación del mismo hombre fué directa. La hipótesis evolucionis-