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El sistema darwinista 42 EL PROBLEMA RELIGIOSO la obra de Dios al crear el mundo y darle sus leyes universales. Los rayos X y los hertzianos estuvieron vagando constantemente en el espacio. El hombre se valió de fuerzas preexistentes para dar su nom- bre a un invento. De aquí echaréis de ver la po- breza y pequeñez del genio humano respecto a Dios... Antes que el hombre se percatara de la existencia de una ley natural, hacía millones de si- glos que esa ley existía... Hace miles de años que el genio humano discurre y ordena y han sido preci- sos todos ellos para llegar al fin a descubrirlos. —¿Y me ha dicho usted que esos fenómenos y fuerzas que el hombre ha podido aplicar no los ha podido crear él? —Efectivamente. El hombre es incapaz de crear un solo rayo, un solo átomo... El hombre no puede producir una sola simiente, una sola flor, la más in- significante del valle... Lo que hace es producir de una vida existente, otra vida; de una fuerza exis- tente, una nueva energía; de un grano echado en tierra, otros granos; pero la primera ley y la pri- mera fuerza y el primer rayo y la primera simiente los tenemos por creación... La ciencia busca fuera de la serie total, la causa de la serie, la causa del primer ser de la serie. El mundo fenoménico tiene que proceder de un ser no fenoménico. Lo material tiene que venir de un su- pra-material, lo orgánico de un supra-orgánico. Esto es lo científico y racional y esto nos lleva natural- mente en busca de la causa creadora en el primer IRA ETA ATAR
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