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38 EL PROBLEMA RELIGIOSO este libro-reclame haya introducido tanta falsedad científica, tanta falta de verdad» (1). Por eso dejamos la refutación de sus absurdas teorías por inconvenientes, y cerramos el capítulo con el nombre de Dios en los labios y en el corazón. —En su impulso de negación, ¿conseguirán algo nuestros enemigos? —No; harán unos pocos adeptos, porque siem- pre hay hombres interesados en el error, pero repe- timos que la misma negación de Dios lo afirma. El que revolviéndose contra El exclama frenético di- ciendo: «¡no existes; te aborrezco!», expone un sistema completo de teología, lo mismo que el que levanta el corazón contrito y le dice: «Señor, hiere a tu siervo que te adora (2).» —+¿ Dios, pues, no es una invención del genio? —Un sabio dijo con gran verdad: «Es muchísimo más fácil al espíritu creer en Dios, que inventarlo.» (1) Ibérica, núm. 478. (2) Donoso Cortés. Ensayo.

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