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LA NOCION DE DIOS ANTE LA CIENCIA Y LA FE 57 —¿Pero qué me dice usted contra los materialistas de la evolución? —No podemos tomar en cuenta ese sistema que ante la ciencia deja de tener razón de ser. El profesor Charles Sedgwieck Minot, director del Instituto Anatómico de la Universidad de Har- vard (Boston), poco sospechoso de espiritualismo, dijo: «Las transformaciones se suceden en el ani- mal o plantas vivas como si el organismo funcionara consciente de su fin. ¿De dónde proviene esta re- gularidad? ¿Quién lo dirige? La explicación que nos quieren dar los mecancistas naturalistas no pasa de una hipótesis de la que aún aguardamos la con- firmación...» (1). Es decir: que hace falta un ordenador conscien- te: Dios. Además debo deciros que Haeckel es el jefe in- dudable de los materialistas; que el libro príncipe de Haeckel es: Los enigmas del Universo, donde ex- pone su sistema, y que es el libro de mayor exten- sión entre los materialistas de la evolución. Pues bien; el profesor Paulsen, Decano de la Facultad de Ciencias de Berlin, dijo de ese libro: «Lo he leído con sofocante rubor: me avergiienza sobre to- do que haya salido de nuestras Universidades (2).» El investigador Lools, reconociendo y todo el va- lor científico de Haeckel, «se asombra de que en (1) Confer. en Jena, 1914. (2) Archivo prusiano de ciencias naturales. Julio de 1900, Los materia- listas de la evo- lución.

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