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rm dt AAA LRRETT LESA A Idealismo y di- lettantismo. 278 EL PROBLEMA RELIGIOSO —Para refutar al profesor de Berlín bastaba con- siderar los Evangelios como documentos históricos ; mas para la ortodoxia católica era preciso conside- rarlos como producto de inspiración... Sólo se pue- de acertar en el problema religioso prefiriendo en el pensamiento el valor objetivo y elemento de ver- dad, al valor subjetivo o elemento de ingenio. El idealismo y el dilettantismo conducen a térmi- nos distintos. Brunetiere que se definió a sí mismo: «existencia de un hombre que no se interesa más que por las ideas», representa el tipo cabal del idealista. Pere- grino apasionado del ideal-verdad recorrió todos los caminos intelectuales trazados por los grandes espíri- tus. Extraño a todo sectarismo y a toda ambición per- sonal buscó en todas las escuelas los elementos de ver- dad esparcidos en todas ellas: su campo de acción fué toda manifestación intelectual desde la literatura has- ta la filosofía, la historia y las ciencias naturales; se interesaba lo mismo por un museo que por un labora- torio, por una poesía que por un problema de química. Este amor al ideal-verdad comunicó a su alma una transparencia rara y produjo bien pronto una crisis religiosa causándole la necesidad de creer; ca- minando serenamente pasó progresivamente por to- das las regiones del pensamiento moderno hasta que se echó en brazos de la Religión Católica que la abrazó efusivamente, saliendo entonces del indife- rentismo y dejando de ser partidario de la exégesis demoledora de Straus.