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EL CATOLICISMO EN LA HORA ACTUAL 265 Keteler, Lieber, el doctor Hitze, y sobre todo de León XIII, en favor del pueblo. Estos eclesiásticos de fama mundial fueron demócratas en el buen sen- tido de la palabra, porque trabajaron para que se legislara en bien del pueblo. El Rerum novarum de León XIII (1891) y el programa del arzobispo de Maguncia, Keteler, son modelos. En Francia mis- mo el año 1871 iniciaron el movimiento demócrata en favor del pueblo dos oficiales del ejército: el conde Alberto de Mun y el marqués de Le Tour- du-Pin, los cuales en el Circulo de obreros de Mon- parnase, fundado por el abate Maignen, concibieron un amor tan grande al pueblo trabajador, que en una memorable nochebuena consagraron su palabra, su pluma y su acción a la defensa de los derechos del trabajo. Dígase lo propio de otros países. ¿Que- réis decirme que las inquietudes político-socia- les de la hora actual impiden la vida del catolicis- mo? Pues yo os recordaré lo que en 1877 decía el decano de la Facultad de Derecho del Instituto Ca- tólico de Lille, M. de Vareilles-Sommieres: «Cuales- quiera que sean los designios de la Providencia, nues- tro deber es de marchar serenamente como si el cielo estuviese tranquilo, como si la justicia fuese de he- cho la reina de Francia, como si el porvenir nos hu- biera de ser propicio.» Concederéis gustoso, creo yo, que esta firmeza espiritual es siempre muy actual y que todos hemos de procurar hacer triunfar el de- ber, la justicia, sin asustarnos del clamoreo de en- frente. Comprendemos sin embargo que el rasgo fun-