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254 EL PROBLEMA RELIGIOSO —Tiene usted razón, y comprendo la pobreza de mi objeción. Mas ¿cómo me explica usted que la Iglesia defina y promulgue dogmas? —Acabo de deciros que en la doctrina revelada que está en depósito en la Iglesia, cabe desarrollo subjetivo, es decir: un trabajo de la Iglesia misma sobre materias reveladas; un trabajo de interpreta- ción y de exposición, no de alteración ni aumento. En este trabajo, cuando se trata de una definición, la Iglesia, intérprete de Dios, interviene como prin- cipio vital; mas el dogma existía... La doctrina re- velada es como simiente sembrada en el surco de la Iglesia, capaz de ser fecundizada... Es la expan- sión de la verdad divina y la expansión es vida. La misma verdad dogmática puede ser mejor compren- dida en su realidad histórica y en sus fórmulas cien- tíficas... La inteligencia moderna de las fórmulas dogmáticas puede recibir un triple desarrollo: his- tórico, moral, apologético. Las definiciones pueden ser la explicación auténtica del contenido, la aplica- ción de la extensión, y la asociación y conexión, con nuevas doctrinas que van apareciendo... A esto lla- man muchos el alma del dogma o la evolución dog- mática (1), como M. Newman. Es el visus forma- tivus que tiene razón de ser en el desarrollo subje- tivo del dogma, mas no en el objetivo (2). La Igle- sia no crea dogmas mi impone nuevas doctrinas... (1) On Essay on the development of Christian doctrine. (2) Semertia. Dogma, jerarquía, culto, pág. 12.
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